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lunes, 28 de diciembre de 2015

PBOT: Lo que puede ser, lo que no debe ser y lo que termina siendo. (Que no se diga que no fue dicho a tiempo)


Conversé con el ingeniero Jaime González Palacios, en junio de 2013. Él fue el Secretario de Planeación Municipal de Cajicá en el año que fue diseñado el primer PBOT. ¿Quiere saber por qué renunció antes de la aprobación del Acuerdo 008 del 2000?
Por Edilberto Sastre
El Observador de Cajicá entrevistó al ingeniero Jaime González Palacios, Secretario de Planeación Municipal durante la Administración del Alcalde Álvaro Ayala Morato, y quien fue el responsable del primer PBOT de Cajicá hasta el momento en que se vio obligado a renunciar debido a lo que él consideró eran “elementos irracionales introducidos arbitrariamente en el diseño del Plan y que no correspondían con las necesidades del municipio”.
La población tiene dificultad para entender lo que es un Plan de Ordenamiento Territorial. De hecho se trata de un tema permeado de complejidades técnicas, lo cual obliga al uso de un tipo de lenguaje que termina por hacer de él algo excesivamente abstracto y, en muchos casos, obscuro. ¿Cómo explicarlo de manera simple y que todos entiendan?
Para el ingeniero González, se debe usar un lenguaje sencillo, pues para él, “el PBOT, no es otra cosa que una forma de organizar la manera en que el sentido común entiende lo que debe ser su municipio. Es algo simple de entender si hay voluntad política de explicárselo a la población y algo complicado si hay intereses que pueden aprovechar la falta de información”.
¿Qué puede ser un PBOT?
Según el exsecretario, se trata de la aplicación de la Ley 388-1997 sobre el desarrollo territorial. Es un estudio que le debe permitir a un municipio verse en el tiempo y poder pensar su desarrollo a mediano y largo plazo. Hace posible el seguimiento administrativo y legal de todos los elementos físicos, espaciales, administrativos, económicos, entre otros, diseñados en el plan. Es una carta de navegación que traza un camino con esos componentes y que al diagnosticarlos identifica rumbos para el desarrollo en una secuencia que se puede ir monitoreando y modificando cuando es necesario.
Un tema fundamental para González es el de la vocación del municipio debido a que identifica las principales potencialidades. Es decir, establece en qué actividades dinámicas, económicas, sociales y culturales las gentes del municipio pueden realizarse mejor, teniendo en cuenta las características del suelo, sus usos, los agentes presentes, las vulnerabilidades y los riesgos presentes. La vocación determina “qué es lo que somos y qué es lo que queremos ser en el futuro”.
Otra forma de entender la función de un PBOT es verlo como una forma de establecer un modelo de municipio a largo plazo. “Por lo tanto es una visión de la ciudad que queremos ser si seguimos un rumbo determinado al desarrollar los potenciales identificados en la vocación”, afirmó. Un ejemplo. “Si decimos que la vocación del municipio es agrícola, entonces, tenemos que ir determinando en los Planes de Desarrollo instrumentos que le permitan a los agricultores realizar su trabajo eficientemente, eso puede significar la construcción de un circuito de riego, la manutención de los vallados, el fortalecimiento de los locales de mercadeo, la prohibición de uso de tierras cultivables para otros fines, etc.”
Lo que NO debe ser
González dijo que no debe ser una colcha de retazos. Un PBOT que mira el territorio de manera fragmentada introduce complicaciones en el futuro. El municipio debe ser observado integralmente y no como si lo urbano y lo rural fueran espacios desconectados. Lo mismo debe ser con los aspectos económico y social, la infraestructura y la capacidad de crecimiento, los recursos humanos y financieros. Todos estos aspectos deben ser complementarios y armonizados. De lo contrario el PBOT puede ser un factor de desorden físico y social.
Otro aspecto a tener en cuenta es la relación del territorio municipal con los territorios fronterizos y regionales.  “Tener una visión local, es decir, de la realidad interna del municipio, debe ser complementado con una visión regional. Hay que saber qué pasa con la dinámica alrededor del municipio. En el caso de Cajicá eso es muy importante, básicamente porque el PBOT de Bogotá, va a determinar mucho de lo que pueda ser hecho con el PBOT local. No tenerlo en cuenta y no dialogar con quien corresponda, establece un punto ciego que no permite ver las dinámicas externas que afectan positiva o negativamente nuestro territorio”, dijo el ingeniero González.
Para él, el diagnóstico debe ser lo más completo posible, relacionando todos los temas que hacen parte de la realidad municipal (salud, educación, vivienda, medio ambiente, seguridad, vías, infraestructura de servicios básicos, espacios públicos, zonas de riesgo, etc.).
 “Esta caracterización generalmente es hecha de manera cuantitativa. Eso no es suficiente. Se hace necesaria una visión cualitativa de la realidad a través de indicadores que permitan hacer monitoreo permanente. Especialmente después de 12 años. Debe ser a la luz del primer PBOT y de las modificaciones que fueron realizadas”. Así, aprovechó para preguntar: “¿Se ha aprovechado para el estudio en proceso el PBOT del 2000 y las modificaciones que le fueron hechas? ¿Hay un seguimiento de lo que se hizo en esos ejercicios? ¿Cuál es la evaluación del anterior PBOT?”. Quedan esas preguntas para las autoridades municipales.
Afirmó también que “un PBOT NO debe ser apenas una forma de valorizar el suelo al transformar lo rural en urbano. Casi todos los alcaldes sueñan con facilitar la vivienda de estratos 4, 5, o 6 con el fin de poder cobrar más impuestos. Piensan que esa es la fórmula para aumentar los ingresos municipales, pero no tienen en cuenta las consecuencias de llenar el municipio con esos nuevos habitantes y las demandas que ellos harán en términos de servicios, empleo, salud, educación. Lo que pagarán de impuestos será insuficiente para atender la nueva demanda”.
Lo que termina siendo
Hacer un estudio para establecer un Plan de Ordenamiento Territorial implica conciliar una gran cantidad de información técnica con las opiniones y saberes de la población. Eso es lo que le confiere legitimidad, pues, sin la participación ciudadana, afirma el ingeniero González que “no pasa de un cúmulo de tecnicidades que difícilmente reflejarán los verdaderos anhelos de los habitantes para los cuales se realiza”.
Sin embargo, reflexiona: “hay que reconocer que existen muchas dificultades para hacer grandes convocatorias. Muchas veces la participación trae un exceso de intereses que son contradictorios y que introducen irracionalidades. Se trata de un ejercicio desgastante. Por falta de una metodología que abarque esa complejidad, un PBOT termina siendo apenas la suma de los intereses de actores con poder económico o político. Es decir, el PBOT se convierte en un consenso privado y no en un consenso colectivo de carácter público. Así se aprueban e introducen elementos que responden a intereses de grupos de poder específicos. Así no se piensa el territorio, sino intereses específicos en el territorio, lo cual hace que el PBOT introduzca irracionalidades que después tienen consecuencias perversas para la población en general”.
¿Por qué renunció?
“En el 2000 se aprobó el primer PBOT de Cajicá. En la medida en que avanzó el estudio y fueron definiéndose los elementos que configurarían el Plan, fueron apareciendo elementos ajenos a lo que los levantamientos técnicos indicaban. Intereses de actores específicos introdujeron irracionalidades que después trajeron problemas a Cajicá”, dijo el ingeniero Jaime González.
¿Cuáles fueron algunas de esas irracionalidades? “Entre otras, recuerdo que fue autorizado suelo rural para construcción de vivienda de interés social cuando se tenía área urbana suficiente. Esto apenas para cumplir acuerdos políticos adquiridos. Hoy esas áreas viven una situación grave y son motivo de constante preocupación.
También se aprobó la construcción de un condominio en área de riesgo cerca de la ronda del Rio Bogotá. Con el tiempo sufrió con las inundaciones que afectaron la calidad de vida de los que compraron esas casas. Como esas, muchas irracionalidades fueron aprobadas que no eran resultado del estudio sino de los intereses políticos dominantes en la época”.
¿Y ese fue el motivo de la renuncia? “Sí. Para mi resultó inviable defender ante el Consejo Municipal esas arbitrariedades que desconocían todo el trabajo realizado. Resultó imposible defenderlas y salir ileso éticamente. El primer PBOT de Cajicá es un reflejo de lo que NO debe ser hecho, porque después no hubo cómo evitar las consecuencias negativas que sufre la población de Cajicá hasta hoy. Ojalá el nuevo PBOT no presente las mismas o peores irracionalidades”, concluyó.


Frases para resaltar
“Un PBOT es una forma de establecer un modelo de municipio a largo plazo. Pero aún no llegamos a eso, no tenemos un modelo para Cajicá”
“Casi todos los alcaldes sueñan con facilitar la vivienda de estratos 4, 5, o 6 con el fin de poder cobrar más impuestos”.
“Hay que reconocer que existen muchas dificultades para hacer grandes convocatorias. Ni las autoridades ni los consultores saben bien cómo atraer la población para participar del proceso”.

El primer PBOT de Cajicá es un reflejo de lo que NO se debe hacer.

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